Un café y un libro en un mundo de utopías

Ese quizás sea el desafío que a diario, Félix Demasi y Kenneth Miller, socios y dueños de Utopía Libros & Café, se impusieron como meta a seguir y hacer de este emprendimiento de calle Independencia casi 9 de Julio, un espacio de difusión de la cultura de Santiago del Estero.

Además de los libros dispuestos en sus estanterías, desde su aparición en 2011, la librería que este año cumplirá su quinto aniversario en el mundo de los libros, apostó en consolidar múltiples actividades, y ha promovido ciclos semanales de cine club, presentaciones de libros y eventos editoriales, talleres literarios y veladas de lectura; números musicales, exposiciones y también espacios emergentes.

“Buscamos generar un lugar de encuentro, donde el cliente no sólo venga a buscar su libro sino que haga de este espacio un momento para el encuentro con la cultura, compartir un café, presenciar muestras y otras expresiones”, resalta a Viceversa Félix Demasi, bajo el consentimiento de su socio.

De gestión privada, lo distintivo de la cultura santiagueña también se impone a través del “Café de la Buri Buri”, el reducto con formato de bar que homenajea al entrañable personaje del escritor santiagueño Jorge Rosenberg.

En “La Buri Buri” desfilan a diario distintos referentes de la literatura, la música y las artes plásticas; instituyéndose en un auténtico espacio de la producción intelectual y artística santiagueña, destinada a todos los públicos.

Kenneth Miller, considera que el objetivo fue siempre “conformar un mini centro cultural, donde se puede comprar un libro, participar de una conferencia, leer poesías, abrir muestras de cuadros”, mencionó, entre el amplio abanico de actividades que comenzaron a pulular en el negocio y que afortunadamente, son los mismos artistas los primeros en hacer de este lugar el espacio propicio para las distintas manifestaciones.

¿Qué busca el santiagueño?

Son muchos los títulos ordenados de manera coherente a partir de su género, puestos en estanterías que les permiten a los clientes descubrir autores y temas. “El santiagueños busca de todo”, afirmó Miller. Pero también, están los clientes que confían en el buen criterio de sus propietarios. “El crecimiento explosivo de la librería tiene que ver justamente con que el cliente viene y mira todo tipo de libros con tí

tulos de actualidad, novelas, psicología, deportes, pedagogía, historia, entre otros. Entendiendo que el mundo editorial es amplio y rastrea todos los gustos posibles, este es también un fenómeno que también impacta en Santiago del Estero” indicó.

Café & literatura

Los cafés literarios conjugan dos grandes placeres: degustar una rica merienda o desayuno y leer un buen libro o un fragmento que deje expectante al lector, con la idea de que luego se decida a comprarlo.

Sobre ello, Miller explica: “el funcionamiento del café fue producto de un esfuerzo sostenido por la librería y de salir a buscar propuestas, de ofrecer el lugar para exposiciones, charlas, stand up, entre otras iniciativas”, menciona, como una apuesta que hace al interés de la clientela.

La renovada casona de calle Independencia en el microcentro de la capital santiagueña, invita a refugiarse en un espacio tranquilo, con música que acompaña la lectura, la luz justa y una cálida decoración con cuadros de artistas plásticos locales.

“Cuando visitaba librerías de Buenos Aires, volví atraído de lo que veía. Así fue como un poco surgió la idea de poder hacer algo similar de lo que allá se proyectaba. Hoy en Utopía, hay mucha gente que sabe que puede tomar un libro y lo puede hojear, a pesar de que muchos desconfían de esa idea.

Refugio para los adolescentes

El perfil de los clienteslectores es muy amplio, ya que llegan tanto jóvenes como adultos a consultar por libros. A todos los une el placer por la lectura, pero los dueños de Utopía Libros & Café advierten que los adolescentes ganan el espacio por amplia mayoría.

“Después de cinco años, sentimos que venimos logrando importantes cosas”, recalca Félix Demasi, y advierte que el mayor orgullo de ese capital cultural impuesto es “haber llegado a los adolescentes”, menciona sobre el caso de niños y niñas que se acercan y hojean los títulos especiales para ese sector.

La librería cuenta con una sala especialmente dirigida al público infantil y adolescente (hasta los 13 años). “Tratamos de actualizar esa sala con novedades y libros especiales, literatura, humor, metafísica y yoga para niños, juegos, entre otros”, señaló, no sin antes reconocer que el negocio “ha ido igualando los temas, lo mismo que los libros que consultan los adultos”, remarcó.

Compenetrados en la riqueza cultural y el conocimiento, Kenneth y Demasi tampoco descuidan la veta comercial. “Junto con Keny –dice Demasi-, y los demás, somos lectores y nos encaminamos como libreros, y ese crecimiento que tenemos se refleja en la librería, la categoría de librero te lo da la experiencia, con el bagaje cultural y la capacidad de gestionar a partir de las demandas”, reflexiona.