Indignación en el juicio por el brutal crimen de Eliana Ávila Indignación en el juicio por el brutal crimen de Eliana Ávila
De materializarse en sentencia la imputación de homicidio agravado por ensañamiento y alevosía, la situación penal del autor del femicidio más horrendo que se registre en los 139 años de existencia que tiene Frías, lo encaminaría hacia a una cadena perpetua, por eso es que el día ayer fue tan intenso como relevante para esclarecer puntos concretos y de directa incidencia en la resolución.
El rostro de Eliana multiplicado en las remeras negras de sus amigas, marcaba su presencia en la sala. Liliana Lobos y José ávila, quebrados en lágrimas, pero con su hija en el pecho, completaban la imagen del insoportable dolor transformado en esperanza de justicia.
Como si esto fuera poco la defensa de Ramos propuso ponerlos frente a frente, por primera vez, a la madre con el asesino de su hija, en un careo cuyo fin era sólo dirimir si Ramos la llamó varias veces por teléfono a Liliana Lobos para decirle que Eliana estaba embarazada y quería abortar. Haciendo un enorme esfuerzo y acompañada por un médico la mamá de Eliana, por primera vez después del crimen, lo miró a los ojos y en tres oportunidades le negó rotundamente que hayan hablado del embarazo en esa comunicación: “Vos y yo nunca hablamos del embarazo”.
La defensa tampoco aportó ninguna prueba que corrobore la existencia de las llamadas, salvo un par de amigos del imputado.
Las partes quedaron en la misma postura y el careo sólo se transformó en una exposición del dolor, pero antes de retirarse, Liliana volvió a mirar a los ojos a Ramos y le manifestó: “Vos mataste a mi hija” y al presidente del tribunal le reiteró: “Yo vengo a pedir justicia, por favor”.
Carta y reconstrucción
Como parte de la estrategia, durante su declaración José Luís Ramos sacó del bolsillo una carta enviada por Eliana el día que cumplían un año de noviazgo, pero que estaban separados en ese momento, en donde le decía que era importante para ella hablando del gran amor que fue, inclusive le decía que era el hombre “con quien quería compartir su vida, viajar y tener hijos”.
El paso siguiente fue constituir el tribunal, fiscales, querellante y defensores, en el lugar del crimen, pasaje Guillermo Pieroni, entre José Manuel Estrada y Antártida Argentina del barrio 50 Viviendas, donde la defensa insistió en hacer la reconstrucción del momento en que Eliana recibe la puñalada mortal Ramos, bajó del móvil y entre abucheos de la gente entró a la casa.
Los jueces pudieron presenciar el lugar, los espacios y las distancias. Quedo establecido que Ramos, mientras Eliana estaba en la pieza del fondo, según él, después de que le dijera que abortara a su hijo, él tomó el cuchillo de la cocina y se fue hasta la pieza donde la joven de 26 años estaba sacando su ropa de un ropero.
El agresor señaló que mientras le tiraba puñaladas le hincó estando ella parada. Dijo que cayó al suelo, él la agarró de los hombros, quedó boca arriba y después no se acuerda más. Lo cierto es que el cuerpo de Eliana estaba boca abajo, con signos de haber sido corrido, por las marcas de sangre en el piso, los cabellos tapados.
El perito forense dijo que la cuchillada mortal fue estando ella inmovilizada y sin ningún tipo de defensa, cuando quedo clavada el arma de lado a lado.









