Sebastián Almada, entre Suar, Marcelo Tinelli y Tato Bores Sebastián Almada, entre Suar, Marcelo Tinelli y Tato Bores
“Estoy mitad y mitad. Me llena de orgullo trabajar en mi tierra como también en Buenos Aires, que es mi segunda casa. Ir y venir me gusta porque me siento muy bien tanto en uno como en el otro lado”, resaltó a EL LIBERAL el hijo del humorista Ricardo Almada.
La oportunidad que le dio Adrián Suar para mostrar su histrionismo en Mis amigos de siempre es algo que lo gratifica y, fundamentalmente, porque le permite romper con “los encasillamientos”. “Uno es actor que se ha formado para hacer comedia o drama. Haberlo demostrado en Solamente vos, donde estuve varios meses, hizo que Suar me fichara para Mis amigos de siempre. Y el personaje que me dieron, el de un mal DT de un equipo femenino, es grandioso porque me permite mostrar amplios matices y también hablar de temas como la amistad, el amor, el encuentro, la confraternidad”, remarcó.
“Adrián es una persona que, con sus comedias, hace costumbrismo, un género no muy transitado en la ficción argentina. Apela mucho a lo humano y a mí me encanta, me gusta ser parte de este tipo de historias”, especificó el ex partenaire de Marcelo Tinelli.
La improvisación es un recurso que a los actores les viene bien, aunque todo dependerá de quién la haga. Almada es uno de ellos. Se vale de ella para darle más fuerza a sus personajes. “La improvisación es importante. Me encanta improvisar. Y cuando tienes un par que te acompaña está buenísimo. Lo hacemos mucho en Pol-ka. Adrián es muy generoso y nos deja hacer muchas cosas. Uno se siente contento y amparado con un tipo como Suar, que es un genio. Te deja hacer y crecer”, aseguró.
Un diálogo emotivo
Sebastián es heredero de una estirpe de humoristas que arranca con Ricardo Almada, su padre, conocido por el ciclo Hiperhumor. Sebastián está orgulloso de su padre y de todo lo que aprendió de él. Lo perdió cuando Sebastián había cumplido sus 16 años.
Pero, valiéndose de la tecnología, en el espectáculo que presenta en Punta del Este, tiene un diálogo con ese ser que le dio la vida. “Es una emoción, un orgullo y hasta una responsabilidad ser el hijo de Ricardo Almada. En mi espectáculo teatral, donde converso con mi papá, tiene el sello Almada, es netamente Almada. No hay nada de lo que hacía con Tinelli, no por vergüenza. El que me vea se va a dar cuenta de que es un humor más cercano al que hacía mi viejo”, sostuvo.
Y es en este Desconcierto, el nombre de su show, donde se “sacó el gusto de trabajar” imaginariamente con su padre, pantalla gigante mediante. “Era un sueño que yo tenía el de laburar con mi viejo. Murió cuando yo tenía 16 años. Ahora me saqué el gusto. él entra a la pantalla y me habla”, contó. l
