Por Eduardo Lazzari, historiador.
El Gral. Belgrano en la Madre de Ciudades El Gral. Belgrano en la Madre de Ciudades
La memoria histórica es uno de los deberes fundamentales que tiene una comunidad nacional como la Argentina. El presidente Nicolás Avellaneda lo dijo de la mejor manera: "Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir". El recuerdo del pasado se sustenta en la labor honesta de los historiadores, en la memoria popular y, sobre todo, en la inspiración ciudadana en las virtudes de los hombres que contribuyeron a la construcción de la identidad y el desarrollo del patriotismo.
Desde la pionera obra de Bartolomé Mitre titulada "Historia de Belgrano y de la independencia argentina", todos los grandes historiadores argentinos, al ilustrar sobre los episodios de la Revolución y de la Independencia le dan protagonismo a Manuel Belgrano. Cada vez que los argentinos hablan de los próceres dilectos el resultado es el mismo: Belgrano está en el "podio" de los grandes. Es por eso que la conmemoración en la forma de memoriales, monumentos, estatuas, y el bautismo de instituciones, espacios públicos y lugares con el nombre de aquellos gigantes de la historia. Entre nosotros, hay tres próceres que reúnen las mayores evocaciones materiales de nuestro país: José de San Martín, Domingo Faustino Sarmiento y Manuel Belgrano.
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En un recorrido imaginario, transitaremos por los monumentos más notables realizados en homenaje al creador de la Bandera, símbolo máximo de los argentinos, entre los cientos que se levantan en el mundo.
Su mausoleo porteño
El 20 de junio de 1820 murió Manuel Belgrano en la casa que lo vio nacer y fue su única morada a lo largo de su vida en Buenos Aires. Es el porteño con ascendientes en la Liguria y en Santiago del Estero el que dispone en su testamento, firmado el 26 de mayo de ese año: "(que) cuando su Divina majestad se digne llevar mi alma de la presente vida a la eterna, ordeno que dicho mi cuerpo, amortajado con el hábito de patriarca de Santo Domingo, sea sepultado en el panteón que mi casa tiene en dicho convento, dejando la forma del entierro, sufragios y demás funerales a disposición de mi albacea".
Al día siguiente de su muerte fue sepultado en el atrio de la hoy Basílica del Santísimo Rosario, delante de la entrada del templo. Hubo de romperse un mueble de su casa para esculpir la lápida que cubrió su tumba hasta 1855, cuando Casimiro Cazón sufragó de su bolsillo una nueva placa marmórea que decía: "Aquí yace el general don Manuel Belgrano. Murió el 20 de junio de 1820 a los cincuenta años y diecisiete días de edad".
En los tiempos de la Generación del '80, en 1895, un grupo de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires encabezado por Gabriel Souto, decidió promover la construcción de un mausoleo al creador de la Bandera. El 9 de julio de ese año se constituyeron dos comisiones, una honoraria, formada por los expresidentes Bartolomé Mitre, Julio A. Roca y Carlos Pellegrini, los tribunos Bernardo de Irigoyen, Vicente F. López y Carlos Guido Spano, el obispo auxiliar de Buenos Aires, Mons. Agustín Boneo y Fray Marcelino Benavente, prior del convento porteño de Santo Domingo; y otra ejecutiva presidida por Souto, que en sus primeras acciones logró recaudar una interesante suma de dinero. El Congreso Nacional dictó la ley 3363, aportando $ 50.000.- de aquella época.
Conscientes de la magna tarea que se avecinaba, la comisión llamó a un concurso internacional, resultando ganador el proyecto del escultor romano Ettore Ximenes, autor también de la "República Argentina", ubicada en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Ya en construcción el monumento, el 4 de setiembre de 1902 se procedió a la exhumación de los restos del prócer y su resguardo en el convento. Dos ministros de entonces, Joaquín V. González y Pablo Riccheri, en un acto insólito y repudiable, se llevaron el maxilar inferior y las falanges de un dedo, recién exhumados, que debieron devolver cuando se desató un escándalo al conocerse el episodio.
El soberbio mausoleo fue inaugurado por el presidente Roca el 20 de junio de 1903. El cuerpo central está tallado en granito de Baveno. "El Pensamiento" y "La Acción" son las dos estatuas de bronce que rodean el basamento. El coronamiento es un catafalco, sostenido por cuatro ángeles fundidos en aluminio, realizado en mármol de Carrara, al igual que la escalinata, base de todo el conjunto. El cofre de bronce que contiene los restos de Belgrano se encuentra detrás del relieve frontal curvo que representa el juramento de la Bandera.
Belgrano en la "Madre de Ciudades"
El pueblo de Santiago del Estero le ha dado también un lugar privilegiado para la conmemoración del gran general. La estatua ecuestre de Belgrano, ubicada en la Plaza Libertad, la más importante de la provincia, fue inaugurada el 28 de octubre de 1912, día en que asumió la gobernación Antenor Álvarez, a poco más de un mes del centenario de la batalla de Tucumán. La obra fue realizada por el escultor italiano Arturo Tomagnini. Es una composición extraordinaria con base de mármol travertino y gran cantidad de placas conmemorativas, entre las que se destaca la de mármol blanco ubicada al frente del monumento donde consta la ofrenda del pueblo santiagueño, y la fecha de las dos grandes batallas libradas por Belgrano en el norte argentino: Salta y la citada Tucumán.
La Casa Rosada como custodia de su monumento porteño
El monumento ecuestre más fotografiado del país se encuentra en la plaza de Mayo, en Buenos Aires. Muchos lo confunden con San Martín. Sin embargo, fue inaugurado por el presidente Domingo F. Sarmiento el 24 de septiembre de 1873 en homenaje a Belgrano, y el mástil que completa el conjunto tiene grabadas, en letras de bronce, las palabras del prócer al crear la bandera nacional. La curiosidad de esta estatua es que la figura del gran porteño fue realizada en bronce por el escultor francés Albert Carrier-Belleuse, autor también del mausoleo del general San Martín en la Catedral porteña; y el caballo fue esculpido por el argentino Manuel de Santa Coloma. Los artistas no se pusieron de acuerdo en la escala de ambas figuras: el general aparece vestido con demasiado boato, en una proporción que hace quedar al caballo como un potrillo enalteciendo al jinete.
Hacia los tiempos de su inauguración, la escultura estaba ubicada con el caballo alineado de este a oeste, y la mirada del prócer hacia el norte, escenario de sus grandes glorias militares. Luego fue cambiado de lugar y actualmente Belgrano observa la Casa Rosada, dando marco solemne al prócer. Su basamento, hecho en granito rosa, muestra las heridas provocadas por el bombardeo del 16 de junio de 1955. Cada día, el Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" procede a izar y arriar la bandera celeste y blanca en el mástil arriba mencionado. Hoy se encuentra rodeada de vidrios que protegen las ofrendas populares por los muertos en ocasión de la pandemia de Covid.
Génova y el homenaje a uno de sus descendientes dilectos
Si no el más bello monumento a Belgrano, uno de los más impresionantes es aquél al que se llega transitando la avenida "Corso Buenos Aires" en Génova, en Piazza Tommaseo, enmarcado por una escalinata coronada por una balaustrada, ambas de mármol de Carrara. Fue realizado por el escultor italiano Arnaldo Zocchi, el mismo del monumento porteño a Cristóbal Colón. La estatua fue fundida con el bronce de los cañones de los ejércitos de la Independencia argentina, y el basamento está construido con mármol de los Andes. Fue inaugurada el 12 de octubre de 1927 por el rey de Italia, Vittorio Emmanuelle III y el canciller argentino Ángel Gallardo, asistiendo en pleno la tripulación de la fragata "Presidente Sarmiento", que viajó especialmente para la ceremonia.
Homenajes a lo largo y a lo ancho del país
Avenidas, calles, barrios, pueblos, ciudades y edificios lo recuerdan. Centenares de escuelas y bibliotecas reciben con fervor el bautismo con su nombre. El 8 de junio de 1938 el Congreso Nacional dictó la ley 12.361 que estableció el 20 de junio como el "Día de la Bandera" y lo declaró feriado. Al comenzar a difundirse la radiofonía en la década de 1930, una de las primeras emisoras comerciales fue bautizada como Radio Belgrano, con una red de repetidoras que llegaban a todo el país. En 1948, cuando se estatizan los ferrocarriles de capitales británicos, los ramales de trocha angosta que unen la Capital Federal y las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja y Catamarca, además de los entonces territorios nacionales de Chaco y Formosa, fueron unificados en el Ferrocarril General Manuel Belgrano, en recuerdo de la lucha del prócer por esas tierras.
El carácter fundacional de Manuel Belgrano es tan relevante para el espíritu argentino que, entre las canciones escolares, no hay un himno a su nombre, sino los saludos y las canciones dedicadas a su creación más popular: la enseña celeste y blanca. Queda en el tintero el Monumento a la Bandera, el más grande del mundo levantado en homenaje a una enseña patria, cuya historia queda pendiente para un texto que, si Dios quiere, publicaremos en estas páginas de "El Liberal".








