Por José Ángel Barrueco
'Nonnas': un homenaje a la familia a través de la cocina 'Nonnas': un homenaje a la familia a través de la cocina
¿Quién no asocia muchos de sus recuerdos de infancia (y a veces de juventud) con algunos platos preparados por su madre y por su abuela o por sus tías? ¿Cuántas veces hemos probado algún sabor que nos evoca a quienes ya perdimos: madres y abuelas que preparaban tal o cual alimento de una manera especial y que nos hemos pasado años buscando? ¿Cómo definir la alegría de esos cocineros a los que felicitamos por un guiso elaborado a la antigua usanza y nos reconocen que se trata de la receta que les hacía su madre cuando eran niños? No hará falta citar a Marcel Proust y sus evocaciones tras mojar una magdalena en una taza de té: todos conservamos en la memoria esa clase de sabores caseros asociados a quienes nos criaron. De eso y mucho más trata Nonnas, recién nominado a Mejor Telefilme en los Premios Emmy.
El guion parte de una historia real: la de Jody Scaravella. En la película toma el rostro de Vince Vaughn, quien interpreta a Joe con su habitual solvencia: suele ser un actor de gestos y movimientos tranquilos, que se desenvuelve muy bien en la comedia o, como en este caso, en la comedia con toques dramáticos (y también en los dramas a secas: sirvan de ejemplo estas tres películas que rodó consecutivamente: "Hacksaw Ridge", "Brawl in Cell Block 99" y "Dragged Across Concrete", dos de ellas en colaboración con Mel Gibson).
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"Nonnas" comienza con el funeral de la madre del protagonista: ambos estaban muy unidos y Joe se ve lastrado por el duelo, sin saber qué hará a partir de entonces. Scaravella trabaja de mecánico en un taller donde tampoco parece ser feliz. Dos de sus mejores amigos, el matrimonio formado por Bruno y Stella, tratan de persuadirle para que invierta el dinero del seguro de su madre en algo que le haga recuperar la sonrisa. Joe no está muy convencido.
Entonces, paseando un día por Staten Island, tropieza con un célebre restaurante cerrado. Y se le ocurre alquilarlo con el dinero del seguro para convertirlo en un local de comidas que constituya un doble homenaje: a la familia y a la memoria de su madre. Para conseguirlo buscará la ayuda de abuelas de ascendencia italiana (como su madre) en sus labores de cocineras: las "nonnas" del título. Así, se presentan al puesto Roberta (Lorraine Bracco), Antonella (Brenda Vaccaro), Teresa (Talia Shire) y Gia (Susan Sarandon). Incapaz de decidirse por una, Joe las contrata a todas. Lo que él no se espera son las numerosas dificultades a las que deberá enfrentarse para llevar a cabo ese pequeño sueño.
Comida, familia y religión
El resultado es una comedia ligera y agridulce, una de ésas películas con las que uno se siente bien. Que se beneficia de un reparto de actrices legendarias y prestigiosas: todas ellas han participado en largometrajes célebres y notables (las sagas de Rocky y de El padrino, Uno de los nuestros, Cowboy de medianoche, Capricornio Uno, Thelma & Louise o Pena de muerte, por citar algunas). Y que cuenta, en la dirección, con Stephen Chbosky, un cineasta de culto por Wonder y Las ventajas de ser un marginado. En estos tiempos de repartos con intérpretes cada vez más jóvenes, se agradece que den oportunidades a actrices maduras, de innegable talento, pero que apenas pueden lucirse ya en una industria dominada por las caras sin arrugas (con la salvedad de Sarandon, que continúa trabajando sin descanso).
Nonnas, además, es un filme en el que predominan los toques católicos, algo habitual cuando los personajes son italoamericanos o descendientes de ellos. Una de las mujeres, Teresa, fue monja y ahora quiere dedicarse a cocinar porque dice que Dios le aconsejó que lo hiciera. A Joe, de niño, en la panadería siempre le insistía la dueña en que se portase bien y rezara el rosario. En casa de Scaravella podemos ver alguna simbología cristiana, fruto de la educación que ha recibido. Así, la película pone en paralelo tres temáticas muy propias del cine italiano: la comida, la familia y la religión. Durante el funeral de su madre un personaje le lleva alimentos y le dice: "Necesitas comida para el dolor. Es la única forma de sobrellevarlo".
La suma de ingredientes, como decíamos antes, logra que la película sea agradable. Sin llegar a las excelencias de Las ventajas de ser un marginado, Stephen Chbosky filma una historia apta para todos los públicos.








