Llega Don Gato y su pandilla Llega Don Gato y su pandilla
Este año, Ilusion Studios en coproducción con ánima Estudios, tuvieron la responsabilidad de llevar al cine a esta joyita animada que, en esta ocasión, fue dirigida por el cineasta argentino José Luis Mazza, realizador también de la inolvidable Patoruzú.
¿Hacer Don Gato y su pandilla fue por nostalgia o por la demanda de los niños?
Las dos cosas. Elegir hacer Don Gato fue lo mismo que elegir hacer Patoruzito. Es más, creo que el compromiso es mayor porque son propiedades con las que han crecido varias generaciones. Desde el punto de vista profesional, ambas realizaciones son propiedades de una contextura humana bellísima para que los chicos de hoy lo vean.
¿Con productos de esta naturaleza se rescatan valores?
Nosotros apostamos siempre al entretenimiento familiar. Nosotros decimos que no tratamos de transmitir valores porque vivimos con los valores. Jamás haríamos una película con malos mensajes para los chicos. Tampoco nos gusta hacer hincapié en qué valores hay que decirles a los chicos.
Si tenemos en cuenta que es la políticamente menos correcta, ¿cómo encaja Don Gato en esa concepción?
Quizás, Don Gato, de Hanna Barbera, sea la propiedad más zarpada, la más pícara, pero es cierto que fue la más fuerte de Latinoamérica. Más allá de esa característica, no es procaz. A toda la generación de papás les va a encantar volver a ver a Benito, a Don Gato, al inspector Matute y a toda esa adorable pandilla.
¿Cómo desarrollaron la traslación de los personajes a la pantalla grande?
La parte del guión y gran parte de la animación lo hizo la empresa mejicana de ánima Estudios. Nosotros, con Ilusion Studios, hicimos otra parte de la animación, todo el escenario en 3D y el laboratorio fue con animadores argentinos.
¿Podemos hablar de un buen posicionamiento internacional de la animación argentina?
La industria de la animación en nuestro país se traduce en la búsqueda de mercados a nivel internacional por la falta de mercado local.








