Se reedita un tratado sobre la patria: "El género gauchesco" Se reedita un tratado sobre la patria: "El género gauchesco"
El volumen, reeditado por el sello Eterna Cadencia, es un texto clásico, que conoció una publicación en 2000 y otra precedente (e incompleta) en 1988.
Ludmer nació en San Francisco, provincia de Córdoba; durante la última dictadura cívico-militar formó parte de la “universidad de las catacumbas”, y dio clases en su casa; luego fue investigadora del Conicet y profesora de teoría literaria en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Desde 1991 a 2005 dio clases fue profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Yale (Estados Unidos), de la que ahora es emérita. Actualmente dicta seminarios de doctorado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Publicó, entre otros libros, “Cien años de soledad, una interpretación”, “Onetti, los procesos de construcción del relato”, “El cuerpo del delito. Un manual” y “Aquí América latina. Una especulación”.
Dice Ludmer -hoy día teoriza sobre las literaturas posautónomas- que “el escritor (que cultiva la gauchesca) usó las posiciones y tonos de la voz del gaucho para escribirlo, y en ese mismo momento le dio la voz al gaucho”.
En una entrevista que dio a la revista el Ojo Mocho en 1990, la especialista se explayaba frente a las preguntas de los sociólogos Horacio González y Eduardo Rinesi.
“El trabajo que estoy pensando ahora tiene que ver con 1880 como corte histórico en la Argentina, con la idea del establecimiento del Estado, la unificación política y la entrada en el mercado mundial”, decía.
Entonces, “la idea es cómo pensamos lo que se llamó `la generación del 80, porque el 80 te manda a 1980. Tenés que decir 1880. Se me ocurrió que ese cambio de nomenclatura tenía que llevar consigo un cambio de categorización”.
Así, Ludmer va llegando al uso literario de la voz y el uso militar de los cuerpos. Ese sujeto dividido por el Estado que “normaliza” sus pulsiones sin saber que la represión puede hacer estallar los géneros, o soldar la oralidad y la escritura en uno nuevo: la gauchesca.
El 80
“Para mí, el conjunto de los escritores del 80 forma algo así como una coalición estatal que elabora cultura en relación directa con el Estado liberal”, agregaba.
¿De qué manera? La académica lo explica en un párrafo particularmente nítido de su libro: “Hay, entonces, afuera, un escritor letrado que escribe y `reproduce` o `cita` lo que los `autores orales` `cantan` o `dicen`”.
En consecuencia, la primera regla del género es la ficción de reproducción escrita de la palabra oral del otro como palabra de otro y no como la del que escribe, hace notar Ludmer.
Sin olvidar su formación en el estructuralismo y con los formalistas rusos, la apuesta que la autora hace jugar en “El género...” no es sencilla y exige un esfuerzo de abstracción alto y una puesta en perspectiva de todo impresionismo folklórico.
En el libro aparecen Bartolomé Hidalgo, Hilario Ascasubi, Luis Pérez, José Hernández, Domingo Faustino Sarmiento, Facundo Quiroga y toda una batería teórica cosmopolita que produce un texto del cual no existe nombre anterior.
Pero Ludmer reconoce que “cuando Hidalgo escribe por primera vez la voz del gaucho patriota produce otro escándalo, el literario. Amplía la definición de `literatura` porque pone allí lo todavía no escrito, la música cantada de su presente”, sellando la jugada entre oralidad y escritura.
Y remata: “El género (gauchesco) borró una división y transgredió una frontera: la de la separación entre literatura y no literatura según lo oral y escrito. Escribió lo nunca escrito y entonces cantó lo nunca cantado en el espacio de la patria”.








