Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

Crónica de la búsqueda de empanadas

Por Belén Cianferoni.

27/07/2025 06:00 Viceversa
Escuchar:

Crónica de la búsqueda de empanadas Crónica de la búsqueda de empanadas

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

Enviar una nave a la luna es difícil. Sanar un corazón roto cuesta tiempo. Pero buscar una empanada rica y jugosa en un barrio que uno no conoce... requiere de una verdadera destreza y manejo de logística.

No es solo abrir Internet y dejar que don Facebook haga todo el trabajo. Sí, lo acelera, es cierto. Es mucho más rápido que antes. Pero el algoritmo no huele, no prueba, no se le hace agua la boca. Y en esta búsqueda, eso es fundamental.

También te puede interesar:

Mi papá era un maestro en la búsqueda de comida. Y cuando no jugaba de local, era un verdadero campeón. "Uno tiene que acercarse al vecino", me decía. "Buscar cara de buenos amigos al hablar y preguntar con total humildad: Amigo, ¿por esta zona dónde podemos comer unas buenas empanadas?"

Siempre hay. Así que si les dicen que en esa zona no hay empanadas, les mienten. Porque estadísticamente es imposible que no haya esa maravilla viviendo en cualquier parte.

Cuando la cara del otro no alcanza, tenemos recursos virtuales. Se puede ir a Marketplace, buscar "empanadas" en la zona cercana e inspeccionar las fotos. Pero cuidado: si las fotos son bajadas de internet, no se puede confiar. La inteligencia artificial no conoce el milagro del relleno jugoso, ni el repulgue honesto, ni ese dejo de comino que te hace cerrar los ojos al primer mordisco.

Hay que desconfiar de las fotos perfectas. Y confiar, siempre, en el testimonio del vecino. Todo puede traicionar —la estética, el Wi-Fi, incluso el GPS—, menos la cara de añoranza de un santiagueño cuando recuerda el sabor de una empanada bien hecha.

La búsqueda es lo importante. Porque ahí, entre preguntas tímidas y caminatas al azar, se cocina otra cosa: el encuentro, la charla, la espera en la vereda. Una forma de saborear la ciudad. Y entonces, cuando por fin aparece el paquete tibio, y el aroma se te mete en el alma, entendés que no era solo hambre.

Era nostalgia. Era casa.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy