Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

LA GUERRA CONTRA EL BRASIL: UN TIEMPO OLVIDADO

Cuarta parte.

10/03/2024 06:00 Viceversa
Escuchar:

LA GUERRA CONTRA EL BRASIL: UN TIEMPO OLVIDADO LA GUERRA CONTRA EL BRASIL: UN TIEMPO OLVIDADO

Por Eduardo Lazzari | Historiador

La guerra de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra el Imperio del Brasil, desde sus inicios a principios de 1826, fue incrementando el fragor en las campañas navales que se llevaron adelante. Los ejércitos, que llenaban su tiempo preparándose para una campaña larga en extensos territorios, iban a demorar sus batallas hasta los primeros días de 1827. El domingo anterior se relataron los combates navales de la primera mitad de 1826, que establecieron un equilibrio en el dominio del río de la Plata, sin modificar las grandes estrategias de los contendientes. Los imperiales mantuvieron el control del estuario y los republicanos lograban defender sus posiciones sin ceder el control de las guarniciones propias.

También te puede interesar:

El duelo Rosales - Espora

Vale la pena recordar una anécdota que marca la autoridad de Brown sobre sus oficiales y marineros. Se aproximaba el combate frente a la Colonia del Sacramento el 26 de febrero. Días antes, el almirante debió enfrentar un insólito conflicto: sus oficiales Leonardo Rosales y Tomás Espora, "los gemelos de la historia" por su gran amistad, se le acercan y le piden bajar a tierra para llevar adelante un duelo de honor, sin develar la razón del mismo. Brown, conocedor de mares y de hombres, era muy estricto en cuanto a las cuestiones de honor, pero en ese momento la prioridad era otra. Por eso, en esa mezcla de castellano e inglés que lo acompañaría hasta sus últimos días, les dijo: "Ante todo, hay que postergar el encuentro. El enemigo está cerca y debemos salir en su busca. En cuanto a ustedes, les prometo que pronto se batirán". 

Espora y Rosales estaban listos para combatir. De pronto Brownsin perder tiempo les explica: "Llegó el momento de realizar el lance pendiente. No olviden que cuento con su promesa de cumplir escrupulosamente mis órdenes". Ambos asintieron como por un acto reflejo, y Brown prosiguió: "Dentro de unos momentos entraremos en combate. Nosotros estamos listos. ¿Distinguen ustedes la insignia de la capitana brasileña?". Los marinos dirigieron su mirada hacia las aguas y reconocen al bergantín "Real Pedro". Brown les ordena: "Bien. Ustedes van a atacar esa nave por ambos costados. Aquel de ustedes que consiga arriar su pabellón, será el vencedor del duelo. La sangre de unos bravos como ustedes solo debe derramarse en aras de la patria. Andando, pues". 

Se lanzaron todos al combate.Cada uno por su lado se lanzó al abordaje de la nave que Brown les había ordenado tomar. Luego de una ardua resistencia los imperiales finalmente se rindieron. Ambos marinos corrieron de inmediato, casi simultáneamente hacia donde estaba ubicado el palo mayor. Cuando la bandera comenzaba a descender los dos se miraron fijamente, y sin decir palabra, se dieron un fuerte abrazo. Llevaron la insignia imperial a su jefe, quien sonrío con satisfacción.

El combate de Quilmes

A mediados de 1826, luego del fracaso del desembarco brasileño en Buenos Aires en el combate de los Pozos, ambas escuadras se reorganizaron y ordenaron sus objetivos.El 29 de julio la flota argentina envió un convoy con tropas, pertrechos y armas a la Banda Oriental custodiado por la goleta "Río de la Plata" al mando de Rosales y varias cañoneras. Mientras el grueso de la flota de Brown estaba en su apostadero habitual, los brasileños al mando del capitán James Norton con 18 naves y 225 cañones se ubicaron en la ensenada de Barragán para sorprender el regreso del convoy argentino.

Brown ordenó el embarque inmediato del personal y con sólo 7 naves potentes y 120 cañones, partió rumbo al enemigo. Dirá entonces una frase que se convertirá en su símbolo moral: "Es preferible irse a pique que rendir el pabellón", comenzando hacia el atardecer el cañoneo contra los brasileños. La nave capitana, la "25 de mayo"recibe varios cañonazos y sufre la baja de 40 hombres, pero se mantuvo en combate gracias a la pericia de Espora. Al amanecer del 30 de julio, Brown debió arrestar a uno de sus capitanes llamado Clark por su cobardía al rehuir del combate y le espetó una hiriente frase: "¡Retírese… de mi presencia, que no reconozco a más valientes que a Brown, Espora y Rosales!".Hablando de sí mismo en tercera persona, se impuso para la historia el título de tres valientes para los nombrados. 

En el parte de batalla que el almirante escribe para informar al gobierno argentino se lee: "Provocado a salir hemos batido pero no rendido al enemigo: permita V.E. le diga que los de la nación están libres. Me es sensible asegurar que son muchos los muertos y heridos y entre los últimos, mi bravo capitán Espora. La 25 de Mayo está completamente destrozada".El resultado del combate fue incierto, pero se logró evitar la pérdida del convoy y se espantó a los brasileños de la costa argentina del río de la Plata. La "25 de mayo" fue varada frente a Buenos Aires y logró sobrevivir e incluso combatir durante varios meses hasta su hundimiento en noviembre de 1826. Más de un siglo después, algunos de sus restos fueron recuperados y hoy constituyen parte del patrimonio histórico del Museo Naval en el Tigre. Hasta la llegada del año siguiente, la actividad naval fue menguando, pero sólo fue una tregua para llegar a los grandes enfrentamientos de 1827.

La batalla de Juncal

La intención del Brasil de emprender una campaña naval definitoria del conflicto quedo clara en 1827, cuando los imperiales prepararon una escuadra potente organizada en tres flotas, con distintos objetivos. La 1° división tuvo por finalidad dominar la costa oriental desde la desembocadura del río Uruguay hasta el océano Atlántico al mando de Federico Mariath; la 2° división tuvo por misión bloquear el comercio naval desde el puerto de Buenos Aires hacia la ensenada de Barragán y el puerto de las Conchas (hoy Tigre) con John Charles Pritz como comandante; y la 3° división, al mando de Jacinto de Sena Pereira, debía internarse en el río Uruguay para lograr el estallido de una guerra civil en la Argentina, debido al malestar provocado por la sanción en el Congreso General reunido en Buenos Aires de una constitución unitaria a fines de 1826.  

La escuadra republicana del almirante Guillermo Brown, insuficiente en medios para enfrentar los tres desafíos, apenas podía considerarse pareja con cada una de las divisiones brasileñas. El irlandés dispuso unos pocos barcos destinados a la defensa de la capital porteña, fortificó las instalaciones de la isla Martín García y partió con el resto de la flota rumbo al río Uruguay. La gran batalla de esta guerra iba a tener lugar aguas arriba de la isla Martín García, frente a la isla Juncal, cerca del pueblo de Carmelo.   

Browndecidió, con audacia,bloquear la salida del Uruguay con sus 3 buques potentes y 8 embarcaciones menores, a la poderosa 3° división brasileña, compuesta por 17 naves. Los combates comenzaron al mediodía del 8 de febrero. Una súbita sudestada descalabró las maniobras de las dos flotas y al atardecer cesaron los cañonazos comenzados al mediodía. Al día siguiente, quedó en claro que los argentinos habían aprovechado la oscuridad para reagruparse y a las 8 comenzaron un certero ataque contra los dispersos buques brasileños, que a la tarde ya se batían en retirada.  

Elderrota imperial fue tal que la nave insignia ni siquiera pudo arriar su bandera porque: "no había a bordo hombre sano que subiera a desclavarla. Estaban contusos, heridos y muertos sus tripulantes, siendo de los primeros el jefe y muertos cuatro timoneles". Brasil perdió quince buques y se cree que murió un tercio de sus 750 hombres, mientras que la flota de Brown conservó todas las naves y sólo tuvo 17 caídos. Sena Pereira se rindió ante Brown, aunque aprovechó la primera oportunidad para fugarse. Juncal es uno de los casos más notables de diferencia a favor de una escuadra en la historia naval universal, y se destacaron junto a Brown los capitanes Drummond, Seguí y Granville.

La invasión a Carmen de Patagones. El combate del Cerro de la Caballada

El gobierno argentino buscó contrarrestar el predominio naval del imperio otorgando patentes de corso, designando el apostadero de Carmen de Patagones para los corsarios. Vale aclarar que el corso era una actividad legal, a través de la firma de un contrato entre un gobierno, que daba las órdenes, y un particular, que cumplía dichas órdenes, compartiendo luego el botín según lo pactado. Es por esta razón que el almirante brasileño Rodrigo Pinto Guedes aprestó una flota de cuatro naves al mando del capitán James Sheperd para tomar la plaza patagónica.

El 28 de febrero de 1827 una nave imperial avanzó por el curso del río Negro, y fue recibida a los cañonazos desde las baterías del fuerte, pese a lo cual logró pasar. El 4 de marzo los invasores vararon su nave más potente, la "Duqueza de Goyas", que terminó hundida.El 6 de marzo los brasileños trataron de tomar la orilla sur del río pero fueron rechazados por los gauchos que allí habitaban. Sheperd decidió entonces un desembarco masivo para tomar la plaza, y el 7 de marzo 350 hombres hicieron tierra aguas abajo de Carmen de Patagones. 

Al llegar al cerro de la Caballada, la guarnición argentina presentó batalla y uno de los primeros muertos fue el comandante Sheperd. Derrotados en toda la línea, los brasileños comenzaron la retirada hacia sus buques, y se encontraron con la sorpresa que éstos habían caído en poder de los corsarios argentinos, que al mando de Santiago Bynnon y sus hombres habían tomado el control de la flota imperial. Todos los brasileños fueron capturados, aunque alguna decena de ellos emprendió una legendaria fuga tiempo después. Esta es una batalla épica de nuestra historia que está totalmente olvidada y que merece el reconocimiento de evitar una derrota que hubiera sido dramática para todo el país y que podría haber cambiado el curso de la guerra.

Quedan para el próximo domingo, si Dios quiere, en "El Liberal" los últimos combates en el río de la Plata, destacándose el de Monte Santiago, y el relato de las batallas entre los ejércitos enemigos.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy